No se ha conseguido encontrar una causa orgánica que origine este 
trastorno de la conducta alimentaria (TCA), pero se cree que existen 
varios factores secuenciales que pueden desencadenar la bulimia 
nerviosa. Una baja autoestima puede conducir a una excesiva preocupación por el aspecto físico,
 lo que lleva a realizar dietas restrictivas, que no siempre producen 
los resultados deseados, alternadas con episodios de consumo 
incontrolado de comida, que provocan un desequilibrio metabólico.
 El paciente tiene sentimientos de culpabilidad a consecuencia del 
atracón, y su preocupación por engordar genera otras conductas como el 
vómito autoinducido y el abuso de laxantes.
El enfermo puede sentirse también presionado por los patrones de belleza considerados lideales por la sociedad, y por la necesidad de ser delgado y atractivo
 para sentirse aceptado. Experiencias de rechazo social o un fracaso 
sentimental pueden hacerle creer que perder peso es un requisito 
indispensable para tener éxito.
Otra causa, presente también en el trastorno de anorexia, es una falsa percepción de la imagen corporal: el enfermo se ve gordo aunque su peso sea normal para su edad y constitución.
 
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