viernes, 6 de junio de 2014

LA ANOREXIA Y SU MULTIPLE DETERMINACION

FACTORES PREDISPONENTES
Estas chicas se caracterizan por tener muy baja autoesima y ser muy autoexigentes. En muchos casos el alto nivel de exigencia ya es una característica familiar. El apoyo de los padres, en relación a la autoexigencia, debe relacionarse con poder ayudar a sus hijas a aceptar que siempre puede haber algo de ellas con lo que no estén muy contentas, pero deben señalarles los aspectos altamente positivos o en los que se destacan. Generalmente son chicas con buen desempeño escolar y buen rendimiento deportivo. Deben entender que El Cuerpo no lo es todo, sino una parte de ellas que debe vivir en armonía con el resto de los aspectos de su vida.
En esta época tan dificil ya de por sí, que es la adolescencia, cambian las responsabilidades. Se tiene más independencia, se siente una nueva identidad en las opiniones y el adolescente se va incorporando progresivamente al mundo adulto. Y como ya lo dice la palabra, adolescencia deriva de dolor , por eso el refrán popular que dice CRECER DUELE....Muchas veces , el estar en un camino intermedio tanto desde el punto de vista físico como psicológico y social provoca inseguridad. Y esta inseguridad es la fuente de disminución de la autoestima.
La adolescente suele ser rebelde con sus padres y negarse a cumplir sus órdenes, pero, mientras tanto, cumple montones de otros mandatos que vienen de la sociedad, sin darse cuenta de ello. Hay que ser flacas para ser lindas y exitosas, hay que usar determinadas marcas de ropas, hay que ir a bailar a determinados lugares...
En cuanto a las características familiares de las chicas que padecen trastornos alimentarios, se destacan determinadas características: demasiada interdependencia en las relaciones, intrusiones e intromisiones constantes en los pensamientos y sentimientos del otro, la percepción de sí mismo y de los otros miembros de la familia está pobremente diferenciada. Otra característica es la sobreprotección desmedida y exagerada. La sobreprotección retarda el desarrollo y la autonomía de los hijos. También se trata de familias rígidas, que, en cierta forma se resisten a realizar los cambios lógicos que impone el desarrollo de los hijos. Operan como un sistema cerrado, negándose, sin desearlo intencionalmente, por supuesto, a asumir la entrada de los hijos a la adolescencia. Estas familias tienden a no negociar explícitamente los conflictos, las diferencias. Generalmente, los padres suelen utilizar a la paciente enferma como agente desviador de los conflictos conyugales, con el fin de querer creer que en el matrimonio todo está bien, y que si hay un esbozo de problemas entre ellos es por la enfermedad de la hija y no a la inversa.

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