Está demostrado que no hay un factor precipitante
  único. Algunas veces es posible determinar eventos externos
  gatillantes, disparadores. Por ejemplo, una paciente de 23
  años señala un aborto como
  factor disparador. En cambio, una
  paciente de 14 años lo atribuye a un picnic en el cual
  comió lechón todo el día. Una amiga le
  señaló que se acercaba el verano y que sería
  conveniente que comenzara a cuidar su peso. Según palabras
  de la paciente, sintió que se moría del
  papelón. Lo que sí se ha determinado es que el
  común denominador de la repercusión que tiene el
  evento para la paciente es que ella siente gran dolor de dos
  maneras: 1- como una amenaza de pérdida del autocontrol,
  2- como una amenaza o real pérdida de la autoestima. El
  evento disparador puede ser una separación o
  pérdida, un problema familiar. Nuevamente, el disparador
  diverso nos remite a una consecuencia convergente: la amenaza a
  su autoestima y a su sensación de control de su
  mundo que conduce a un incremento de la preocupación por
  su cuerpo y a la convicción de que se sentirá
  más en control de su persona si
  continúa perdiendo peso.
 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario